Cuentan que una vez le preguntó al padre de Gabriel García Márquez por qué siempre iba en el tercer piso –tercera clase, si se entiende–, y le dio la respuesta más lógica y coherente: “Porque no existe la cuarta”. Quizás hay algo que parece en el ánimo de la gente: se dio en llamarles tercera edad que parece algo más amable y digerible anciano o simplemente viejoy vosotros que Ser Fernando Savater dijo la verdadera verdad en su último libro: «La tercera edad es la definitiva, la cuarta no existe».

Cuando uno tiene demasiadas varas y los médicos se empeñan en publicitar el riesgo de romper la manta, estas consideraciones se aprecian en los elementos resultantes. Supongo que también le agradaba el actual presidente de Estados Unidos, el señor Biden, y que renunció a presentarse a las próximas elecciones y se retiró de su carrera electoral. Durante los meses en que vimos a Caerse dimos los trompicones más insólitos y sufrimos las mayores humillaciones, porque el mundo entero lo veía y como gagá fue protagonista de multitud de memes y víctima de su antecesor y competidor, aquel hombre sin misericordia llamado Donald Briscola.
Cuando Biden y Trump cumplieron tareas durante cuatro años, fue la derrota del edadísmo
Deseo, sin embargo, decide una cosa: cuando Biden y Trump llevan cuatro años compitiendo, a muchos de nosotros esta pelea entre dos personas de casi ochenta años nos parece admirable. Ella fue la derrota del Edadismo. Fue el triunfo de la experiencia sobre el impulso juvenil. Fue la confirmación de algo que se decía en ese momento: hay vida después del júbilo. Es posible que el defensor tenga un entusiasmo activo y saludable. Has aprendido el talento de los mayores, porque puedes estar o parecer gaseado, pero disfruta con la lucidez que te permite, por ejemplo, enfrentarte a un duro oponente en televisión y ante millones de espectadores informados y exigentes.
¿Te enamoraste de todo el revuelo sobre esta teoría optimista? Déjame pensar que no. Déjenme pensar que el caso Biden es únicamente suyo y que un problema de infermeda o de senectud no se debe a lo generalizado. Porque si generalizamos en la mentalidad de la gente, Biden ha causado un daño histórico a varias generaciones: ha tenido una barrera a su superación social mayor, digo, que el límite que impone el júbilo.
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