“¿Por qué consumimos?”, es la pregunta que se plantean las hermanas Peya, Les Impuxibles, en esta ocasión con la colaboración del dramaturgo argentino Pablo Messiez. al verbo consumidor Le falta un complemento directo, pero en el mundo de las drogas eso ya sorprende. La respuesta a esto es porque es así. Caramelo, un nuevo espectáculo valioso y ciertamente incómodo, que se celebrará el 6 de noviembre en el Teatre Lliure de Gràcia, donde se representará hasta el 8 de diciembre, en coproducción con Temporada Alta y Cassandra.
Clara Peya avanza que las respuestas no son claras: “De este proceso salgo con las ideas menos claras, pero absolutamente moralistas”. La acción se desarrolla en un bar, “un bar con un pianista –apostillada–, porque en un bar pasan de todo”.
El dramaturgo Pablo Messiez colabora en este espectáculo que se representará en el Teatre Lliure de Gràcia
vamos a hacerlo Golpe de suite, que es un tema que tocamos muchas veces, y ahora nos gustaría hacer algo más que siempre nos hemos sentido hermanas – continúa Clara –. Es más fácil hablar de estas cosas a través del arte que directamente. El consumo es un síntoma, que es lo que he aprendido de esta propuesta.»
Con una oscura sinceridad, que debe mostrar el poder de lo que será este espectáculo, la música continúa: “Siempre he disfrutado el consumo de mi madre, aunque llevo 16 años consumiendo antidepresivos, soy un joven legal, pero no Yo le pregunté a Nadie. Las drogas legales no tienen estima, al igual que las ilegales. Y es sorprendente cuánto esto está retrasando los antidepresivos. Una droga legal o ilegal siempre esconde algo.»
Tomar drogas también tiene un componente de colocación, pero tiene mucha violencia. Consumo y violencia de la mano.
“Cuando decidimos explorar el consumo pensamos en Pablo Messiez, que dijo que sí”. Ahora es Ariadna quien habla. “El proceso tiene un nivel precioso, creativo y personal, con una alianza muy fructífera”. Contra Caramelo “Queremos desestigmatizar a las personas adictas a las drogas”. El coreógrafo y director también recuerda: “Tomar drogas también tiene un componente placentero, pero tiene mucha violencia. Consumo y violencia de la mano. Y hay violencia unos contra otros».
“Ahora Ari no es un intérprete, que genera muchas cosas en mí y resuena mucho menos en el escenario – confiesa Clara –, pero en el lado externo nos aporta mucho”. Además del pianista, en el escenario confluyen Yasser D’Oquendo, Helena Gispert, Pol Guimerà, Mabel Olea, Sandra Pujol y Joan Solé.
Las drogas legales no tienen estima, al igual que las ilegales. Y es sorprendente cuánto esto está retrasando los antidepresivos.
“Seguimos el trabajo de hibridación con la música, el habla, el movimiento, el espacio… Para que el público lo reciba como una experiencia de consumo que acompañe este viaje”, explica Ariadna. “Pero no se trata del consumo, sino de intentar entender qué consumimos, por qué somos víctimas de este sistema. Detrás del consumo siempre hay tristeza, trauma, incomprensión”, asegura Clara.
El equipo explica que asistieron a talleres durante dos años con los intérpretes. Sandra Pujol concluye: “Llevo dos años trabajando, con lugares espaciados, en un proceso que ha ido evolucionando. El resultado que me vino a la cabeza me hizo pensar en muchas cosas sobre el consumo, y eso es lo que queremos: plantear preguntas, dudas…”
El director del Teatre Lliure, Julio Manrique, abandona el espacio de libertad que sugiere un escenario y anuncia el proyecto la plaza, en colaboración con la plataforma CaixaForum+, que se programan sobre los creadores que disfrutan del espectáculo. La primera entrada es una conversación de Andrea Gumes con Les Impuxibles sobre Caramelo, en la plaza Margarida Xirgu.
Versión catálogo, aquí
Lee también