El controvertido mandato de Patricia Benavides al frente del Ministerio Público de Perú terminó tras una serie de denuncias que llevaron a su destitución en mayo de 2024. La Junta Nacional de Justicia (JNJ) tomó la decisión unánime de remover a Benavides de su posición como fiscal de la nación, acusándola de «actuar con dolo» y de interferir en una investigación penal contra su hermana, la jueza superior Enma Benavides. Este escándalo no solo cuestiona su administración, sino también evidencia los profundos problemas de corrupción que han afectado al sistema judicial peruano.
La polémica tras el caso
Patricia Benavides fue nombrada fiscal general en julio de 2022, con un periodo de mandato estipulado hasta 2025. No obstante, su tiempo al frente se vio empañado por continuas polémicas, destacando principalmente su presunta interferencia en el proceso judicial contra su hermana Enma Benavides. La jueza estaba bajo investigación por supuestos lazos con una red criminal dedicada al tráfico de drogas, además de ser acusada de aceptar sobornos a cambio de liberar a narcotraficantes.
Patricia Benavides asumió como fiscal general en julio de 2022, con un mandato que debía extenderse hasta 2025. Sin embargo, su gestión quedó marcada por constantes controversias, siendo la principal su presunta intervención en el caso contra su hermana Enma Benavides. La jueza era investigada por supuestos vínculos con una organización criminal dedicada al narcotráfico, además de estar acusada de recibir sobornos para liberar a narcotraficantes.
Las imputaciones de la Junta Nacional de Justicia
Las acusaciones de la Junta Nacional de Justicia
La resolución de la JNJ no solo abarcó la destitución de Patricia Benavides, sino también la de su hermana Enma Benavides como jueza superior. De acuerdo con el comunicado oficial, Enma había intervenido en la actividad fiscal para favorecer su statu en la investigación que la involucraba y había falseado públicamente sus antecedentes disciplinarios.
Repercusiones legales y nuevas indagaciones
Actualmente, Patricia Benavides se encuentra bajo una investigación adicional por supuestamente encabezar una red de influencias dentro del Ministerio Público. Esta reciente imputación podría resultar en una suspensión adicional de 36 meses mientras se llevan a cabo las investigaciones.
A pesar de la seriedad de las acusaciones, los abogados de Benavides declararon que interpondrán un recurso de reconsideración ante la JNJ. No obstante, expertos opinan que es improbable que la Junta cambie su decisión. En una entrevista con los medios, el abogado de Benavides, Juan Peña, admitió tener escasas esperanzas de éxito con este recurso, por lo que ya están planificando acudir al Poder Judicial para apelar por la vía constitucional.
Un impacto para el sistema de justicia de Perú
La destitución de Patricia Benavides constituye otro capítulo sombrío para el sistema judicial de Perú, que en tiempos recientes ha lidiado con una serie de escándalos de corrupción. La caída de la fiscal general se percibe como un reflejo de las profundas divisiones y tensiones políticas presentes en el país, incrementadas por la percepción de que las instituciones públicas están infiltradas por intereses personales y redes de influencia.
La destitución de Patricia Benavides representa otro episodio oscuro para el sistema judicial de Perú, que en los últimos años ha enfrentado una serie de escándalos de corrupción. La caída de la fiscal general es vista como un reflejo de las profundas divisiones y tensiones políticas dentro del país, agravadas por la percepción de que las instituciones públicas están permeadas por intereses personales y redes de influencia.
Mientras tanto, la decisión de la JNJ es considerada por algunos como un paso necesario para restaurar la confianza en el sistema judicial. No obstante, este caso ha dejado en evidencia la fragilidad de las instituciones peruanas y la necesidad urgente de reformas estructurales para combatir la corrupción y garantizar que quienes ocupan altos cargos actúen en interés de la justicia y no de agendas personales.
Patricia Benavides, cuya gestión fue breve pero controvertida, se convierte en un símbolo de los desafíos que enfrenta Perú en su lucha por la transparencia y la rendición de cuentas en el sistema judicial.