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Los resultados previos al Campeonato de Europa Juvenil de Portugal 2022, de la generación 2004-05, fueron tan decepcionantes que la dirección técnica de la Federación Española se mostró optimista sobre el resultado que podían terminar los jóvenes: ganaron el campeonato. “Un par de semanas ante los técnicos no lo veíamos muy claro”, registró Álex Mozas, entrenador del Torrelavega y ayudante de Javier Fernández Jábato en la selección. Un año después, con tres cambios respecto a la temporada 2022, esta vez, en el Mundial juvenil de Croacia, otro oro, el primero en España, que cayó en dos finales.
Aunque internamente se hablaba de estos jugadores como la generación dorada del balonman español, con el dominio en las dos ciudades más importantes consecutivas del calendario internacional, el valor del equipo divergió. “Esque estamos cansados de ver que hemos llegado a los nórdicos, a los alemanes, y ahora son ellos los que físicamente son menos; No creo que sucediera antes de que España tuviera tantos centímetros, con extremos de casi dos metros. (Barrufet 1,97 y Guijarro 1,98), con grandes pivotes, con siempre avanzando”, apunta Jábatoexjugador manchego, fincado en Galicia que además de estrella en el equipo técnico de la Federación Española dirige al Cisne de Pontevedra en la División de Plata.
Jordi Ribera, seleccionador de los hispanos absolutos y director del área masculina, asegura que ahora en otros países le preguntan «cómo consiguió su amor», y en parte tiene razón, admite el propio Ribera «porque con esta generación España tiene dejado de ser un equipo de jugones bajitos, seguir siendo jugones pero también altos y bien dotados físicamente». “En España siempre hemos tenido buenos jugadores que pretenden jugar el balón, pero en muchos casos se pierden por mala condición física. Tuvimos tiempo de reunir a los niños, que no destacaban, porque en general los demás evolucionaron más tarde. Los conocimos y fui a las concentraciones del CAR de Granada”, cuenta Ribera, y que pone el ejemplo de Jokin Aja, “que la primera vez que estuve una semana en estas concentraciones no pude completarla”.
Aja era, por tanto, «infantil de segundo año», que jugaba en un equipo del Eibar, sin muchas pretensiones. “En Granada sufrí los dolores de los hombros porque esos ejercicios eran muy intensos para mí”, Recordemos ahora la llave del Barça vendida a Torrelavega. La Federación aprovechó que aquel gigante de 2,06 metros no se sentía atraído por el balón, preparó un plan de trabajo específico para ella y a los pocos meses el club azul se lo llevó a la Ciudad Condal. Ahora Jokin está en “2,08 o 2,09 metros, depende de dónde estés a mitad de camino”, y juega en Torrelavega porque el Barça confía en sus posibilidades de recuperarlo en un par de años Centrado en un equipo más profesional que en tu propia canción azul.
“Ahora estoy fantaseando con que el Eibar no es muy viejo, y conozco la lombriz de las partes de la casa”, asegura el pivote. El padre de Jokin es Mikel Aja, que también jugó un tiempo de pivote en Arrate; Su hija, alcaldesa de Jokin desde hace cuatro años, es también el eje de Eibar. En esta generación hay muchas sagas. Ian es hijo de David Barrufet (el segundo jugador con más internacionales españoles); El padre de Alejandro Pisonero (1,87) es el entrenador del Valladolid quien como jugador fue pivote de calidad en las finales del siglo XX; Óscar Grau (1,88), que no estará presente en el Mundial por una lesión de menisco, sigue los pasos de su padre, que al borde de su trayectoria como directivo en el deporto, mantiene su camiseta pegada al Palau durante su carta de destacado en el Barça; y luego Los Cikusa, cuyo padre era extranjero en las selecciones españolas, se instalaron en Girona, y nacieron Petar (1,93) y Djordje (1,95), los más pequeños de la generación, que cumplían 18 años el 8 de diciembre.
Los gemelos fueron los primeros en debutar en la selección general y son los segundos más jóvenes de la historia de España en alcanzar esta altura sin haber tenido casi 18 años (Quico López Balcells mantiene este récord durante un mes, de los años siguientes), de ahí que Este mar es la generación de los Cikusas. “Para nosotros es un orgullo y un estímulo haber debutado antes; Varios de nosotros vimos juntos nuestras fiestas en Noruega, y fue muy emocionante”, comenta Víctor Romero (1,94), piedra angular del Granollers ya en la Liga Asobal, y capitán del juvenil tanto en la Eurocopa como en el Mundial.
“El trabajo de capitán es una especie de extensión del entrenador en el traje, pero su toque es muy necesario, porque hay muy buen rollo entre todos, que seguimos en contacto todo el año, hablamos y nos preocupamos. unos a otros”, exponer a este pívot elegido el mejor en su puesto en el Mundial y asegurarse de que aprenda lo que es un capitán “en Granollers, donde Antonio García, un general, por veteranía y conocimientos hace alarde de ello; siempre está pendiente.»
El debut del Cikusa a las órdenes de Ribera en la absoluta es el titular de estos juveniles antes de llegar en 2023. “En ocasiones hay que coger un poco de coraje, y en el caso de Petar se la encontró por la situación del actual Barça de Carlos Ortega tiene lo mejor que se pueda imaginar, pero Petar tiene un talento extraordinario”, afirma Mozas.
“Petar siempre nos da cosas increíbles en los entrenamientos; Estaba seguro de que con la Selección no era cuestión de arrugar aunque un chico de 17 años, y mira, nos diera un gol de cadera da ocho o nuevos metros que fluyeran hacia el colegio, para subir”, explica Javier Fernández, que sostiene una teoría sobre el resultado de este grupo: “Sí, los hermanos Cikusa son magníficos, usted jugó en el primer equipo del Barça, pero ellos no ganaron ningún premio individual en el Mundial. Esta selección es segura, y la mayoría de jugadores activan minutos de calidad en Asobal. Si repasamos los partidos podemos ver que en muchos de estos partidos estamos igualados pero llegamos a la parte final y vemos que los jugadores, por estar frescos, se han rotado; Los rivales de seguir nuestro ritmo seguirán agotados”.
“Esta selección es un cierre, con la mayoría de jugadores activando minutos de calidad en Asobal”
Javier Fernández
Fernández, que seguirá a este grupo en la fase junior, trabajó con 29 jugadores en los meses previos a la Eurocopa, a los que respondieron 16 jugadores. Para prepararme para el Mundial mantuve el bloque de 29, al que se sumaron seis jugadores más, y del que algunos componentes fueron llamados por lesión, y en la final elevé a 14 de los campeones de Portugal más de tres del oro en Croacia: Álvaro Pérez (1,96), Pol Amores (1,87), Ian Barrufet, Pablo Guijarro, Xavier González (1,82), Ferrán Castillo (1,88), Álex Pisonero, Petar y Djordje Cikusa, Pablo Herrero (1,93), Ezequiel Conde (2,03) ), Josu Arzoz (1,88), Víctor Romero y Jokin Aja son quienes ostentan el doblete, además de Jorge Barroso (1,80), Jorge Ramírez (1,84) y Óscar Grau (1,88) ostentan el oro europeo, y Alberto Delgado ( 1,80), Carlos Ocaña (1,90) y José María Fernández-Martos (1,88) el mundo.
Comparado con el futuro Fernández piensa “que si mantienen los pies en la tierra, si continúan con su trabajo, tienen enormes posibilidades, pero no son los únicos que trabajan para ser campeones”, y ahora con el estímulo añadido de acabar con el dominio de ellos».