Rubiales, una petición de perdón con la boca pequeña

Rubiales, una petición de perdón con la boca pequeña

La mayor gesta de la historia del fútbol femenino español, y una de las conquistas más inesperadas, épicas y felices de nuestro deporte, ha encontrado en casa propia su único, e innecesario, borrón. Lo sucedido en la noche del domingo en el estadio olímpico de Sídney, durante la entrega de las medallas de oro a las 23 jugadoras y los miembros del cuerpo técnico de la selección tras la conquista del Mundial, ha provocado un huracán de reproches y criticas que dejan lastimada la imagen de Luis Rubiales.

El inapropiado beso en la boca del presidente de la Federación a Jenni Hermoso daba la vuelta al mundo en pocas horas, provocando un revuelo que ni siquiera el máximo dirigente del fútbol español era capaz de calibrar. Tanto es así que el domingo por la noche, en El Partidazo de la cadena Cope y ya en frío, al ser entrevistado por Juanma Castaño no solo no se disculpó sino que elevó el tono e insultó a todos aquellos que no veían ese beso como algo normal entre dos personas con una relación especial.

«Es un ‘pico’ de dos amigos celebrando algo, no hagamos caso a los tontos y a los idiotas. Más gilipolleces y tontos del culo, no. No hagamos caso y disfrutemos de lo bueno. Si hay tontos, que sigan con sus tonterías. Vamos a hacer caso a los que no son tontos. Es una cosa sin maldad y una tontería, si la gente quiere perder el tiempo en ello…», explicaba.

Después de esas descalificativas explicaciones, que echaban más gasolina al fuego, se subía al avión de la selección y ponía rumbo a Madrid, con escala en Doha, donde no le quedó más remedio que contar hasta diez y grabar un vídeo de disculpas, de dos minutos de duración, ante la cascadas de críticas recibidas desde España. La propia Federación se encargó de divulgarlo a las 15.20 de este lunes, más de 24 horas después del beso más amargo de Rubiales. «Hay un hecho que tengo que lamentar y es todo lo que ha ocurrido entre una jugadora y yo, con una magnífica relación entre ambos, al igual que con otras, y donde, pues seguramente, me he equivocado. Lo tengo que reconocer, porque en un momento de máxima efusividad, sin ninguna mala intención, sin ninguna mala fe, ocurrió lo que ocurrió, de manera muy espontánea, sin mala fe por ninguna de las dos partes», argumentó Luis Rubiales.

Marcha atrás

El presidente de la Federación daba marcha atrás a su ímpetu y pedía perdón, pero lo hacía sin reparar aún en matices bastante importantes. El ‘pico’ no fue una acción bilateral. En ningún momento Jenni Hermoso tuvo intención de besar en la boca a Rubiales. Tampoco por sus palabras pareció darse cuenta de que las disculpas debía hacerlas por el acto en sí, no por la tormenta desatada. «A partir de ahí, aquí no se entendía. Lo veíamos algo natural, normal, y para nada con ninguna mala fe. Pero fuera parece que se ha formado un revuelo. Desde luego, si hay gente que se ha sentido por esto dañada, tengo que disculparme, no queda otra», añadió en el vídeo federativo.

Ese «no queda otra» suena a que no tenía más remedio que agachar la cabeza y aceptar que se había equivocado, pero lo más importante es que realmente se hubiera dado cuenta de que hay cosas que, en el año 2023, no se pueden hacer. Y, mucho menos, si eres la figura con mayor poder del fútbol español. Otra de sus reflexiones fue en ese sentido: «Toca aprender de esto y entender que cuando uno es presidente de una institución tan importante como la Federación tiene que, sobre todo en ceremonias y en este tipo de cuestiones, tener más cuidado».

Rubiales también quiso pedir perdón por esos improperios que horas antes había dicho en la Cadena Cope y reconoció que todo esto estaba quitándole el foco a lo verdaderamente importante. «También quiero disculparme ante estas personas, porque entiendo que si desde fuera se ha visto de otra manera seguramente tendrán sus motivos. Estoy apenado porque ante el mayor éxito de historia en el fútbol femenino y uno de los mayores en general, ya que es nuestra segunda Copa del Mundo, esto haya empañado en cierto modo la celebración».

Este lunes era un día de alegría en España, pero también de polémica. Y mucha. Numerosos cargos políticos, la gran mayoría de ellos del actual Gobierno en funciones, y de Sumar, además de otras muchas voces de peso desde distintos ámbitos, mostraron su rechazo al beso de Rubiales. Entre ellos Miquel Iceta, actual ministro de Cultura y Deportes; Irene Montero, ministra de Igualdad; Margarita Robles, jefa de la cartera de Defensa, Ione Belarra, al frente Derechos Sociales y Agenda 2023; o Adriana Lastra, exportavoz socialista en el Congreso y en su momento miembro del núcleo duro de Pedro Sánchez. Críticas a las que también se sumaron, entre otros, Adrián Barbón, presidente del Principado de Asturias; o Mónica García, portavoz de Más Madrid.

Algunos de ellos, sobre todo los cargos de la izquierda más radical, pidieron la dimisión inmediata de Luis Rubiales y le acusaron de violencia sexual, como hizo Belarra. «Lo que todas pensamos, si hacen eso con toda España mirando, qué no harán en privado. La violencia sexual contra las mujeres tiene que terminar. Un abrazo a las CampeonAs», escribió la ministra. Iceta fue más prudente y le exigió lo que horas después hizo Rubiales en el aeropuerto de Doha: «Vivimos un momento de igualdad, de derechos y de respeto hacia las mujeres. Yo creo que es inaceptable besar en los labios a una jugadora para felicitarla. Lo primero que ha de hacer es dar explicaciones y presentar excusas. Eso es lo lógico y lo razonable. Quienes tenemos responsabilidades públicas hemos de ser extremadamente cuidadosos porque estamos dando un mensaje a la sociedad y el mensaje es: igualdad de derechos es respeto».

Críticas internacionales

El inoportuno ‘pico’ a Jenni Hermoso también dio la vuelta al mundo. El prestigioso ‘New York Times’ lo calificaba como «un desagradable recordatorio para muchos del sexismo que ha plagado al fútbol femenino». ‘L’Équipe’ decía que «Rubiales besó a la fuerza a una jugadora en la boca, pero en España nadie tiene conocimiento de un romance entre el jefe del fútbol español y la delantera de La Roja», mientras que el ‘Daily Star’ iba más allá contra el presidente de la Federación, recordándole algunos de sus escándalos: «El canalla que besó a la ganadora de la Copa del Mundo fue acusado de organizar orgías».

Solo Jenni Hermoso y su madre echaron agua para tratar de enfriar el asunto y rebajar la tensión, aunque la sensación fue que lo hicieron aconsejadas por la RFEF, con el objetivo de cortar la lluvia de palos hacia Rubiales, mas que motu propio. En el vestuario al término de la final, la propia jugadora confesaba en un directo en Instagram que no le había gustado el beso y que poco pudo hacer para evitarlo. Luego, la Federación hizo público un comunicado de la madrileña, que el organismo distribuyó a la agencia Efe. «El presi y yo tenemos una gran relación, su comportamiento con todas nosotras ha sido de diez y fue un gesto natural de cariño y agradecimiento. No se le puede dar más vueltas. Hemos ganado un Mundial y no vamos a desviarnos de lo importante», dijo Hermoso. «Hay que mirar que son campeonas del mundo, lo demás no tiene importancia», señaló Marisol Fuentes, la progenitora de la jugadora del Pachuca.