Ni el socio del Barcelona está interesado en ir a Montjuïc ni el club está interesado en que vaya. La inmensa mayoría de los escasos asistentes de la tarde no eran público habitual del Camp Nou, y los pocos abonados de tribuna -los que pagan el carné más caro- han sido desplazados a las esquinas más cercanas a los fondos para vender las entradas de precio más elevado a los turistas.
Los accesos al estadio no se colapsaron debido al bajo interés que el partido despertó, pero el funicular que la junta de Laporta propuso como medio de transporte carecía de aire acondicionado y era un horno asfixiante y lentísimo, sin ninguna capacidad para dar respuesta a una afluencia simplemente mediana. Tercermundismo municipal, que ha tenido más de un año para adecuar la instalación y la mantiene como en los años duros de Albania. Ya en el estadio, las aguas a 5 euros anticipaban lo que será la explotación del nuevo Camp Nou. Extraoficialmente un directivo me dijo: «Los precios de los abonos se van a duplicar y en algunos casos triplicar. Es la única forma de hacerlo». Con un público folklórico, como quien está de vacaciones en una ciudad extranjera y aprovecha para asistir a un espectáculo, el Barça recibió a un Cádiz con ganas de no irse de vacío del Lluís Companys.
Pedri tuvo la primera, pero en lugar de rematar el tenso centro de Yamal se equivocó cediéndole la ocasión a Lewandowski. Yamal lo intentaba todo y le medio salían bastantes cosas, y bastante delicadas, pero sin hallar la fortuna final. El Barça estaba cómodo con el balón pero el Cádiz podía defenderse sin grandes angustias. Partido como de pretemporada en que se reconocen las piezas pero aún necesitan rodaje para acabar de encajar. Yamal pese a su juventud, y a su vigor, tenía la paciencia del juego colectivo, sin el ansia de protagonismo de intentar encarar todos los uno contra uno. Admirable temple, fruto de una inteligente lectura de cada momento del partido. De todo modos a los de Xavi les faltaba producción ofensiva y lo poco que hacían lo desbarataba Ledesma, el portero argentino del Cádiz, que en el 28 rechazó a córner con la punta de los dedos un buen disparo, aunque algo inocente, de la joven estrella local.
Sin instinto asesino delante, sin sed de sangre es muy difícil ganar, y más el portero contrario es Ledesma de gran muro inexpugnable. En el 32 salvó otro remate a bocajarro, éste de Koundé. Justo a continuación Ter Stegen demostró también su valía reparando un error garrafal de Balde y ganándole un uno contra uno a Roger Martí. Lewandowki, inédito, fallaba todo lo que tocaba. Parecía cansado, como si le hubieran caído encima y de repente todos sus años. Al filo del descanso Gundogan falló la trigésimo octava falta consecutiva. Hace más de dos años que este equipo no marca de golpe franco.
Barça académico, bien posicionado, pero muy lento. Costaba entender tan poco ritmo, pese al bloque bajo del rival. Yamal, el mejor del Barça en la primera parte. Ledesma, héroe del Cádiz.
La segunda mitad empezó con otra demostración de la edad avanzada de Lewandowski, que por abuelo no llegó a un remate claro. 39.600 asistentes. En el Camp Nou habría sido una cifra humillante, que en Montjuïc quedó disimulada por la menor capacidad del estadio. El Barça empezó a atacar con todo, dejándole a Christensen la gran responsabilidad del uno contra uno de Roger Martí. Pero fue Rubén quien estuvo a punto de marcar el primero tras una pérdida de -guess who?- Lewandowski.
Yamal volvió a estar a punto de conseguirlo y Gavi remató al travesaño el córner resultante. Con la de Lewandowski en el 12 fueron ya 39 las faltas que lleva el Barça sin marcar. Otra vez el Cádiz, en el 17, tuvo el gol muy cerca pero Ramos chutó algo desviado. Balde y De Jong, pasivo. Muñiz Ruiz, muy mal arbitraje. Sin perjudicar a ninguno de los dos equipos, simplemente muy malo, equivocado en casi todos los detalles. Entraron Ansu y Abde por Gavi y Balde, plan B de Xavi. «La estructura siempre, 3-4-3, la presión tras la pérdida, de un lado a otro, paciencia, que nadie haga la guerra por su cuenta». Sancionado Xavi, fueron las palabras de su hermano a los jugadores en la pausa de refrigeración. Y con paciencia y circulación llegó en el 38 el gol de Pedri, que lo dedicó a las víctimas del incendio en Tenerife.
El Cádiz tuvo por lo menos dos ocasiones para empatar, pero Ferran, que había entrado por Yamal, marcó el 2 a 0 y los riesgos tácticos de Xavi, con dos extremos y «la estructura, siempre», tuvieron su premio para un Barça todavía en construcción.