Este domingo, 2,7 millones de electores uruguayos están habilitados para elegir a su próximo presidente, pero la atención no está en los candidatos hasta el plebiscito para reformar la constitución y cambiar el sistema de seguridad social.
El amplio cambio se lleva a cabo y cuenta con el voto del alcalde del espectro político, pero si recibe una votación superior al 50% será aprobado. Los críticos estiman que generará un déficit de 1.037 millones de dólares y cubrirá el déficit del sistema Jubilee de PBI. Tanto el expresidente Pepe Mujica como el actual Luis Lacalle Pou han sido críticos y no saben leer el peso de tener una alta aprobación.
Cuatro días después de las elecciones y en medio de una gris campaña electoral presidencial, este plebiscito reúne información, charlas en cafés y altavoces en la calle. Si bien está muy por debajo de la intención de voto, el argumento de la petición de sufrir los salarios es más tentador que la larga explicación de esto el tipo de cambio es deficiente y judicial en gran parteY de ahí el miedo de los analistas.
En Uruguay, como en la región, en los años 90 los cirujanos mezclaban sistemas de previsión: departamentales y privados -optativos-, con las Administradoras de Fondos de Ahorro Previsional (AFPS), similares a las AFJP de Argentina pero con menores comisiones y funcionamiento estable. .
Sin embargo, el sistema general empezó a tener déficit y el Frente Amplio hizo una reforma en 2008aunque no he tocado la edad de alegría que siguió durante 60 años. El año pasado, mediante la ley 20.130, el Congreso aprobó la propuesta enviada por Lacalle. Luego pasó de los 60 a los 65 años para celebrar a todos sus hijos a partir de 1977.
un millonario
Esto ha generado descontento y los sectores independentistas, en particular el central sindical PIT-CNT y el Partido Comunista, parte integrante del Frente Amplio, han unido a las empresas para sumarse al plebiscito que para aprobar este dominio requiere: Estimación del sistema jubilar, el paso de 22 millones de dólares de la AFAPS por un fideicomiso de dos años y después del Estado, y la equiparación del salario mínimo al salario mínimo.
“A partir del descontento con la reforma de 2023, este plebiscito incorpora el descontento de una parte del país con la reforma del 95 que hace una mezcla entre las dos cosas”, dice Clarín Rodolfo Saldain, abogado especialista en seguridad social y coordinador de la reforma de previsión del año pasado para el Gobierno.

“El mayor cambio estructural es la estabilización de todo el sistema. y la confiscación de los horrores jubilosos, una línea muy similar a la Argentina de 2008. Y no ocurre lo mismo con la reforma de 2023”, añade Saldain.
Hoy el saldo mínimo es de 18.840 pesos uruguayos (465 dólares) y el salario mínimo es de 22.268 (670 dólares). Pero en este caso, el impulso al equilibrio fiscal depende de la interpretación de un “error” en el texto. En el punto 6 del libro blanco del “Sí”, dice que ningún jubileo o pensión debe ser inferior al salario mínimo, cuando debería haber dicho jubilato o pensionato.
Es por el cobro de la pensión o el júbilo del Estado o de la AFAP que más de un par de otros fondos del sistema jubilar quienes se oponen calculan el costo en 1.037 millones de dólares, mientras los defensores Cuesta 460 millones de dólares.
“Sí no sotros no hubiéramos con la reforma del año pasado el déficit del sistema provisional se acercó a los 4 puntos del PBI, y lo estabilizó en 2 puntos de producto”, dice Saldain.
El intendente de los partidos políticos hizo campaña para que no se pudiera aprobar la reforma y el Frente Amplio, que lideró las reuniones del Presidente alrededor del 44%, dio libertad de acción a sus electores. Sin embargo, 111 economistas del FA se pronuncian en contra del plebiscito, entre ellos Gabriel Oddone, el hombre que desde Yamandú lleva las elecciones en la segunda vuelta será el ministro de Economía del futuro gobierno del Frente Amplio.
Nuevamente la reforma gira en torno a la edad jubilatoria de 60 años y está claro que es para personas que han cumplido 30 años de trabajo. “Solo la mitad de las personas con las que trabajamos son docentes del Banco de Previsión Social y tenemos 60 años con 30 años de aportes. Somos nosotros los que trabajamos más estables, con mejor remuneración. La otra mitad, que son las personas de menos ingresos y sobre todo las mujeres, no llegan junto con estos años de puertas. Una de cada tres personas llega a los 70 años sin alcanzar el mínimo de 15 años de deporte que le permite acceder a un júbilo, por lo que podría perder sin cobertura”, advierte Jimena Pardo, una de las economistas del Frente Ampio que firmó el documento. contra el plebiscito. Y les advierto que la situación actual es mayor para quienes tienen bajos ingresos.
Y para perder incógnitas, también se opone a la estatización del sistema. “Oye, un millón de trabajadores uruguayos tienen facturas de horror administrando la AFAP, en el que ganó 1.400 millones de dólares en un año y acumuló 23.000 millones de dólares. El BPS, a cambio del dinero que reciben las cuentas individuales del horror, se verá obligado a pagar los mayores pasivos que paga el sistema actual, que además tiene un diseño que trae subsidios crecientes a los trabajadores de alto nivel, lo que agrava el problema de la equidad – detalles Pardo a Clarín-. Pero el BPS recibirá menos dinero al mes del que deberá pagar en futuros jubileos, por lo que aumentará aún más su actual déficit previsto”.
Los defensores del proyecto reconocen que se podría estar en déficit hasta 50 años, pero esa cantidad de años es suficiente para pensar en un sistema sostenible. Sin embargo, los críticos del sistema insisten en que el problema podría explotarse antes.