Las obras de reforma de la ronda de Sant Antoni entre las calles de Urgell y Floridablanca comenzarán el próximo 8 de enero, según comunicó el Ayuntamiento de Barcelona este mes a los vecinos del Raval y Sant Antoni. Las obras se prorrogarán 16 meses y sufrirán un canje de 11,6 millones de euros.
La ronda de Sant Antoni contará con un nuevo espacio tranquilo de usos urbanos, entre las calles Villarroel y Floridablanca, que se unirá a la plaza Pes de la Palla, donde se instalará una nueva zona de juegos infantiles. Además, el proyecto prevé la apertura de un carrol bus de bajada entre Villarroel y Urgell y la renovación de la calle Tamarit y la plaza del Dubte.
Posteriormente, sopesando las discrepancias manifestadas por los socialistas en el anterior mandato, el gobierno del alcalde Jaume Collboni asume el proyecto liderado por la anterior teniente de alcaldesa de Urbanismo, la municipal Janet Sanz.
Este proyecto no termina con el contenido de nadie. Pero lo cierto es que el Municipio estaba en un aprieto, no tenía manera de encontrar una solución consensuada que satisficiera a todos. Por un lado estábamos quienes creían que la patonización de los últimos años había degradado el lugar y generado problemas de convivencia. De este lado se encuentran principalmente entidades de su propia rotonda y del resto del Eixample. El otro lado son sobre todo las asociaciones vinculadas al Raval –y a la de Sant Antoni–, que aspiran a mantener la total patonización del tranvía, lo que deja claro que Ciutat Vella necesita estas válvulas de oxígeno. En verdad, los partidarios de la patonización están más contentos.