Real Madrid 3 – 0 Valladolid: Endrick eclipsa el día de Mbappé

Real Madrid 3 – 0 Valladolid: Endrick eclipsa el día de Mbappé

Un Madrid soso consiguió su primera victoria en La Liga ante un Valladolid muy serio, castigado duramente en el marcador. Mbappé debutó en el Bernabéu, pero como el resto del equipo sigue en su mejor momento. Incluso si se cansó endrickquien sólo necesitó unos minutos para celebrar su primer cumpleaños. Este niño tiene un ángel.

La primera parte se debió a que el 25 de agosto apareció en la capital una merienda de polvorones. Ninguna ocasión, ninguna buena jugada, ningún atisbo de emoción y ningún bocado de 30 grados que llenara el Bernabéu de angustia, suspiros y asfixia. Tiempo brillante.

Lo mejor fue el aspecto de la niña, tan blanca como lavándose con Ariel. El nuevo Bernabéu y este Real Madrid, transformado en icono mundial como los Lakers o Ferrari, provocaron una explosión de camisetas que convirtieron el estadio en una pared en blanco. Cada uno de estos aficionados lleva su camiseta del Madrid. Los que no lo hacen también ven al Real Madrid, pero a equipos de segunda o tercera. La historia de este tiempo es bastante larga este domingo en el Bernabéu.

Destacar también las ampliaciones de Vinicius. El brasileño, al igual que Nico Williams, tiene el pelo más largo, con pelo platino. Es el mejor del mundo y es el que no puede decir nada, pero incluso si es así, el gato que se sienta en lo alto de su cabeza no tiene dónde levantarlo.

Como el juego del Madrid. Lento, predecible y planificado. Cinco días para que cierre el mercado. Tienen tiempo para que Florentino, y Ancelotti, marquen el número de Kroos y les pidan que se calmen tras retirarse. De momento, en la balanza de lo que más pesa, la despedida de Toni o el legado de Mbappé, el peso recae del lado del alemán.

Lo sabe hasta Ancelotti, que se agarró la chaqueta como un señor en una batalla de principio a fin. Sus brazos cruzados delatan lo poco que disfrutaba del juego de sus tahúres, más repugnante que colgarlos en una piedra.

Sólo unos pocos en los primeros minutos y cinco minutos. Delaware Mbappéen un viaje hacia el espacio donde remó por primera vez, con la barca, una bola de cuatrocientos metros de Rudiger. Corría el minuto 9 y el público se daba la mano con la mayor cantidad de acciones que podía liderar el moto francés. Agua, como la que tocó a los 22 jugadores, y a los árbitros en una pausa de hidratación. El bochorno lo exige.

Sin Camavinga y ahora Bellingham también, más de uno Tchouameni Desafortunadamente, el centro del campo del Madrid está bajo al mínimo. Preocupado por el tema de Aurélien, que recibió unos silbidos del Bernabéu tras fallar dos sencillos, algo que ya tuvo éxito en la Supercopa de Europa y en el primer partido en Son Moix.

El escenario era ideal para el Valladolid, el único equipo que no recibió goles en La Liga. En el descanso del Bernabéu desfilaron con la portería una vela y sólo un desfile de Hein. El problema es que ninguno de ellos puede sentirse cómodo jugando con las habichuelas en el estadio madrileño. Después de todo, obtienes un gol, y esto sucedió precisamente en la revancha.

En el 50, de un solo disparo a la izquierda y a 25 metros de portería, Rodrygo y Güler remataron en corto antes de que Valverde devolviera el balón con el arce de su botón derecho. Ayudó al rebote de Juric, que envolvió el balón al poste izquierdo de Hein. 1-0 desde el inicio.

El gol de Uruguay abrió el partido, pero luego se encontró en un partido de tostone pretemporada. El Valladolid tiene tres intereses interesantes que no exigían en Courtois pero que se generaron en las filas del Bernabéu. El mejor, el de Sylla, remató con un disparo por fuera de la roja para no confiarse en su zurda.

El Madrid siguió con esas truchas que se cocinaban con estos pescados, pero los espacios que dejaba el Valladolid generaban buenas ocasiones para ganar el partido. Su Güler en tres ocasiones, pero solo en un encuentro con la portería. Si te quejaste por golpear el pasto.

Mbappé también lo hizo en un remate de espuela, en el centro con el exterior de Vini, que encontró los guantes de Hein. Y Rodrygo se creó sólo ante la guardia pucelana, cuando su derecha sólo mantuvo a Vinicius para empujarla. El suelo como estaba en la sala de fútbol antes de entregárselo a su compatriota y, oh Dios, hora de que Boyomo interceptara el pase.

Ocurrió en 1988 cuando Brahim, con una vaselina antes que la sal de Hein, anunció el partido. Endrick le entrego la guía, de regreso, miro la hierba y los brazos al cielo. Un 3-0 que resultó más efectivo que bueno.