El clásico celebrado en Yeda entre Barça y Real Madrid no tuvo ninguna discusión sobre el marcador. El equipo de Hansi Flick consiguió su primer título de la temporada tras caer derrotado ante los blancos antes de la expulsión del portero azulgrana. Según él, el partido está lleno de partidos polémicos, todos discutidos por el Barça. En concreto, las reclamaciones fueron dos expulsiones y una falta previa al primer gol blanco.
La primera jugada en la que todos los jugadores del Barça pusieron a prueba a Gil Manzano fue mediante la portería de Mbappé. Desde el origen de la acción, Vinícius metió el balón a Casadó golpeando el balón. El colegiado interpretó que había tenido una disputa, pero los azules se preguntaron amargamente que no hubiera ababado el juego previamente.
Una aguja de Camavinga y un pistón de Vinícius fueron perdonados por Gil Manzano
El Barça ha vuelto a poner al partido en forma dominante y también ha ampliado sus ventas. El Real Madrid no pudo atacar en corto a su rival, y en una de esas tantas disputas Camavinga atacó deliberadamente a Lamine Yamal. Una falta que siempre se sanciona con tarjeta amarilla, que ya la tenías, y que siempre apunta a la expulsión.
Una situación similar ocurrió pocos minutos después con Vinícius, que se jugó la tarjeta amarilla para protestar y posteriormente realizó una entrada en la que cayó el tobillo de Kounde. El compañero denunció el fallo pero decidió no mostrar la tarjeta. Tanto Camavinga como Vinícius fueron sustituidos por Ancelotti.
Las protestas de los jugadores del Barça quedaron más alejadas de estas acciones, se puede considerar que el arbitraje de Gil Manzano quedó muy minado con acciones violentas tanto como las de Tchouamení contra Dani Olmo o Rudiger contra Lewandowski.
Otra de las acciones más reivindicadas fue la permisividad de Gil Manzano hacia los médicos blancos cuando decidieron asistir a Mbappé en el centro del campo. El cabaret fue a Rafhinha a recoger el maletín de los blancos en el patio de recreo de la calle.