La mayoría de los europeos no admiten tener claro si el legado de Donald Trump en la Casa Blanca influirá positiva o negativamente en su país. Así que revelaré la reunión. Solos en un mundo trumpiano: la UE y la opinión pública mundial tras las elecciones estadounidenses (Solos en un mundo trumpista: la UE y la opinión pública tras elecciones de Estados Unidos), desarrollado por el Centro Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR) y la Universidad de Oxford. La encuesta en la que participaron más de 28.000 personas de 54 países diferentes y 11 de la Unión Europea revela que el 40% de los europeos consultados «no sabe» si las medias de la administración Trump serán buenas o no para su país, un porcentaje del 22% cree que serán positivas y el 38% cree que no.
Estas cifras están muy lejos de las expectativas que los ciudadanos de los países conocidos como BRICS tienen sobre el presidente electo. Entre los cinco Estados que han mostrado mayor entusiasmo por Trump, cuatro forman parte de este grupo: India, Rusia, China y Brasil. Sudáfrica se reúne en un lugar sexual. El Partido Republicano entra entre la población india: el 84% cree que prosperará en su país. El ECFR atribuye estos resultados al “surgimiento de un mundo en el papel”, donde las potencias buscan los apoyos internacionales que consideran beneficiosos para sus intereses nacionales, en un mundo donde “los matrimonios monógamos de la Guerra de Francia son historia”. Sin embargo, les advierto que esta alta consideración «podría cambiar» con los resultados de la guerra aérea y con una posible batalla para lograr la paz en Ucrania y Oriente Próximo.
En el sentido de que sí coinciden con los escuchados, independientemente de su origen, es que Estados Unidos tendrá un mayor peso en la política internacional en la próxima década. Teniendo esto en cuenta, casi todo el mundo espera que, dentro de 20 años, China se haya convertido en la primera potencia mundial en Estados Unidos. Una relación tormentosa en la que, pese a todo, los ciudadanos de ambos países “confían en que mejorarán” en los próximos cinco años.
Oeste, dividido
La respuesta es que “Occidente está dividido”. La guerra de Ucrania es una de las razones. Con Joe Biden en Washington: “Incluso si pudiera discernir una Europa unida luchando hombre a hombre contra la invasión [de Ucrania] del presidente de Rusia, Vladímir Putin”. La división, incluso dentro de los países de la UE, lleva a los autores de la reunión a preguntarse si “podría ser posible hablar de Occidente como un actor geopolítico en solitario”.
Bruselas «también debe buscar alianzas con otras potencias», como ocurre con el enfoque Mercosur-UE, que los autores de la información ejemplifican como «el tipo de acuerdo que una Europa más unida puede hacer». Sin embargo, la Unión Europea recibe un duro reproche en la conclusión del texto: “Para presentarse como árbitro moral del comportamiento de los demás, Europa debe construir su propia fuerza y buscar asociaciones bilaterales para defender sus valores y intereses”.
Promesa de paz
Durante su campaña electoral, Donald Trump se aseguró de poder poner fin al conflicto en Ucrania en 24 horas. La expectativa de que el nuevo Gobierno se mantenga estable con las guerras son, de nuevo, los alcaldes de los países BRICS. Sin embargo, esta promesa no parece convencer a Ucrania, donde más de dos tercios de los nacionales no creen que las posibilidades de lograr la paz con Trump sean posibles.
Este resultado también responde a que los ucranianos tienen cada vez menos posibilidades de ganar dinero. La misma reunión muestra cómo la esperanza de una victoria ha caído del 58% al 34% en sólo seis meses. A medida que avanza el conflicto, que en febrero cumplirá su tercer año, la forma más viable de poner fin a la guerra es una tregua negociada.
Europa y Estados Unidos apoyan aún más este camino. Respecto a los ciudadanos de estos territorios, consideran que deben optar por el acuerdo entre ambos países. Para el 25% de ellos, es esencial que una de las condiciones para la paz sea la entrada de Ucrania en la OTAN.