Después de tres partidos, pasó más de una hora y los medios leyeron los veredictos del juicio del alcalde contra la mafia celebrado en Italia durante décadas. Este mes la poderosa ‘Ndrangheta calabresa, la principal organización criminal de Italia, sufrió un duro golpe de estado con la condena de más de 200 personas, al final del maxi proceso contra la ‘ndrina’ por el que había 338 acusados. Otros 70 imputados que fueron condenados deberán optar por un procedimiento acelerado para que se les reduzcan las penas.
De ellos, 207 fueron declarados culpables y todos los condenados pasaron alrededor de 2.100 años de prisión, menos de la mitad de los 4.700 reportados por la Fiscalía. Las mayores condenas tienen una idea para los líderes mafiosos como el jefe de la zona de San Gregorio d’Ipona, Saverio Razionale; el de Sant’Onofrio, Domenico Bonavota; o el miembro del clan Lo Bianco, Paolino Lo Bianco. Todos esperan 30 años entre ellos. Pero también condenó al exsenador a 11 años berlusconiano Giancarlo Pittelli, 80 años, acusado de colaboración mafiosa; y un teniente de policía, Giorgio Naselli, condenado a dos años y medio de prisión.
El alcalde fue detenido en una importante operación dirigida por la mafia antifiscal Nicola Gratteri
Entre los condenados encontramos abogados, empresarios, contadores, policías, funcionarios municipales o juzgados. El alcalde de los condenados fue detenido en 2019 en un gran golpe de Estado, bautizado como «Scott Rebirth», dirigido por la mafia antifiscal de Catanzaro, Nicola Gratteri, que vive bajo escolta política desde hace tres años y se ha convertido en enemigo de los alcalde del crimen organizado en esta región. Gratteri, también Calabré, podría haber corrido la misma suerte que algunas de las personas a las que perseguían. De hecho, noté que el niño estaba jugando al fútbol con unos mafiosos que habían terminado de contestar entre rejas.
Se trata del alcalde de la operación contra la mafia de la ofensiva que desencadenó el maxijuicio en Palermo contra la Cosa Nostra, cuando fueron juzgados 450 mafiosos sicilianos. Los fiscales esperan que la ‘Ndrangheta, la más poderosa y desconocida de las mafias italianas, sufra el mismo castigo que la Cosa Nostra, olvidada en medio del gran juicio histórico en los años oscuros protagonizado por los populares juegos antimafia Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, ambos asesinado en 1992.
En este macroproceso siciliano, Falcone señaló que primero se celebró en Palermo un jugo de esta magnitud, para dar una señal de la presencia del Estado en Sicilia. En esta ocasión pidió repetir el mensaje y construyó un búnker en una zona industrial de Lamezia Terme, en la punta de la bota italiana, para celebrar el jugo con seguridad y la misma Calabria.
La ‘Ndrangheta es hoy el principal distribuidor de cocaína en Europa. Los expertos creen que facturan 50.000 millones de euros cada año y creen que sólo en Calabria hay 20.000 mafiosos que han aprendido las lecciones de la mafia siciliana, si se mueven con más discreción y cometen menos crímenes de sangre. Esto le permitió infiltrarse en todo el mercado italiano, pero también en España, Bélgica y Holanda. En Calabria, la tierra donde silencio y en el lugar donde se encuentra el ingreso per cápita más bajo de Italia, la ‘ndrina ha construido la precariedad de la conciencia para que nadie pueda sobrevivir económicamente si se encuentra con ellos.
Desde principios de 2021, cuando se detuvo este maxijuicio, los magistrados han escuchado miles y horas de testimonios, entre ellos algunos mafiosos detenidos que se han convertido en colaboradores de la justicia, o arrepentirse. Descubrió algunos detalles sobre las balanzas, por ejemplo cómo se utilizan cementos para descubrir armas o ambulancias para transportar drogas, y sobre cómo el clan Vibo Valentia ejerce su influencia desde hace años, ampliando sus ingresos tanto en las instituciones públicas como en la economía local. Incluyendo la modificación del sistema de agua municipal para conservar las plantaciones de marihuana. Quienes intentaban abalanzarse sobre él se encontraban aterrorizados con cabezas de cabras o de delfines delante de sus casas o se topaban con sus vehículos en llamas. Otros desaparecieron, sin detenerse.
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